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Es cine: en un clásico memorable, Catamarca RC superó a Los Teros RC por un punto

El último sábado por la tarde, Los Teros RC recibieron en la cancha «Eduardo Barletta-El Templo» de su predio en la zona del Alto Fariñango a Catamarca RC en una nueva edición del clásico catamarqueño, en esta ocasión enmarcado en la tercera fecha del Torneo 2025 de la Unión Andina, con el arbitraje de Nicolás Herrera.

El triunfo quedó en manos del elenco «Mirasol» por 27-26, logrando remontar una desventaja de trece puntos en el marcador para adueñarse de un match memorable que estuvo en disputa hasta el último segundo.

El «Albinegro» arrancó con todo y antes de los dos minutos ya ganaba 7-0, gracias al try de Gabriel Coria y la conversión de Ramiro Álvarez. Minutos más tarde, el local amplió la diferencia con penales del certero Coria.

La visita reaccionó y, antes de que finalizara el primer tiempo, se puso en partido con un try de su capitán, Nicolás Rosales, y una conversión y un penal de su apertura, Lionel Carrizo.

Iniciado el complemento, la «T» amplió la brecha con otro penal del oriundo de Añatuya, Gabriel Coria, antes de dar inicio a un constante cambio en el liderazgo en el score.

Un try de Emir Santucho, convertido por Carrizo, les dio la posibilidad a los del «American Park» de tomar las riendas del resultado por primera vez en el duelo, 17-16.

Un nuevo penal de Coria y Teros volvió a adelantarse (19-17).

Llegó un try de Leandro Arjona Castro y «Cata» otra vez arriba (22-19).

La «T» retomó el dominio con la llegada al ingoal de Matías Castillo y la conversión de Coria (26-22).

Ahora sí, el desenlace de la historia del fin de semana. A falta de escasos segundos para el final, el primera línea Agustín Estévez capturó la guinda, en un «pick and go» que quedara en su memoria para siempre, y se arrojó de cabeza al ingoal «albinegro» para poner al frente al «Mirasol» por apenas un punto, 27-26.

Pero aún faltaba un capítulo más por escribir.

Teros sacó del medio y fue con decisión a tomar posesión e intentar forzar una acción que le permitiera sumar y ganar el partido; pero también con la certeza de que, en caso de perder la pelota, perdería, lo que suele llamar «plata o mierd..».

La primera parte del plan se concretó con éxito: posesión y penal a favor. El encargado, Gabriel «Poti» Coria, hasta ese momento indiscutible «Man of the Match», con 19 de los 26 puntos de su equipo a sus espaldas, terminando el encuentro con mucho dolor e incomodidad por una lesión en su muñeca, pero tirando del carro a pesar de ello. Previamente, el santiagueño había fallado un penal relativamente fácil para su calidad de pateador, mostrando incluso claros gestos de asombro después de aquella acción, casi como anticipando lo que iba a pasar y el impacto que tendría esa jugada en el partido.

La patada de «Poti» se fue ancha, escribiendo otro párrafo de esos memorables del deporte, en donde el héroe se termina convirtiendo en el «villano» de la película.

Los receptores «amarillo y negro» rechazaron la «guinda» fuera del campo de juego, dándole pie al juez Herrera para que indicara el final del encuentro, sentenciando el triunfo «Mirasol» y poniendo punto final a uno de los clásicos más memorables del último tiempo, que contó con una previa impactante y un marco de público magnífico como condimentos adicionales.

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