La atleta oriunda de Saujil, Pomán, Anabel Oviedo Zelarayán, contó en Botineros lo que fue vivir la experiencia de defender los colores de la Selección Argentina en el Sudamericano de Trail Running denominado “Tierra de Gigantes”, en la provincia de San Juan, donde ocupó el tercer lugar del podio en la prueba de los 85K, que como contó la protagonista “fueron 89” por un desvío erróneo.
“Fueron 85 kilómetros que al final se convirtieron en 89, porque tuve un problema y me perdí, fueron 4 kilómetros, un momento espantoso que no se lo deseo a nadie. Pero pude retomar la senda, encontrar el camino y seguir carrera. En ese punto iba en 40K, faltaba mucho como para desistir”, contó Oviedo Zelarayán.
“Fue la única parte en que yo me desorienté: era como que había una división de sendas y yo justo elegí la que no era y bueno. Creo que faltaba un poquito de señalización, pero también puede ser que haya ido un poco distraída o cansada, pueden haber sido muchas cosas”, admitió, asumiendo un error que a lo mejor fue ajeno.
Claramente esta situación la marcó en esta carrera, y quedará como una experiencia con matices de inolvidable.
“Justo antes de desorientarme venía muy agotada física y mentalmente, y luego de ese inconveniente que me empezó a, lógicamente… ¡Estaba justo en medio de la montaña, no había senda, no había gente, no había nada! Y me invadió un poco la angustia, el miedo. Cuando encontré de nuevo la senda fue una explosión de adrenalina, que parecía que recién estaba empezando a correr. Todo el cansancio se fue y me pude acomodar. Siento que haber vencido ese momento fue un gran punto a mi favor”, destacó. “Siento que haber sobrellevado esa situación me hizo un poquito más fuerte para las próximas carreras”.
Anabel Oviedo Zelarayán pensaba y calculaba hacer un poco menos de tiempo que los 11h.59m,11s. en la previa había declarado que, si estaba alrededor de las 11 horas de recorrido, se le podrían abrir las puertas de un mundial.
“En realidad tenía pensado hacer un poco menos de tiempo, sin contemplar ese desvío que tuve, lógicamente, y además las cuestiones climáticas que fueron adversas: nosotros empezamos a correr a las 3 de la mañana, y a eso de las 10 u 11 se levantó un viento zonda muy, muy fuerte. Justo me agarró en el filo de una montaña. Eso me hizo bajar bastante ritmo. Por eso el tiempo que había pensado no fue el que se hizo, pero bueno, pasamos por muchas cosas en el medio”, dijo.
“Estoy muy conforme porque en toda la carrera me sentí bien físicamente, contenta, y muy contenida porque sabía que en la llegada había mucha gente que estaba ansiosa por verme”.
En el nombre del padre
Ana le dedicó un párrafo especial a su padre, ausente en esta vida terrenal desde hace poco tiempo y uno de los precursores de su vida deportiva.
“Este año está siendo bastante complejo, en cuanto a logros, muchísimos, pero también hace unos meses de manera repentina murió mi papá. Y eso fue como un golpe que al mismo tiempo me empujó a decir él hubiera estado orgulloso. El año pasado se quedó con las ganas de verme con la camiseta de la Selección y eso fue un motor importante. Pensar que en alguna parte de esa montañota me estaba viendo. Fue muy especial todo», contó.
Y por último y no por eso menos importante, Anabel Oviedo Zelarayán adelantó que su performance en San Juan le puede valer un boleto al mundial de la especialidad.
“Luego de esta carrera, probablemente, no es nada oficial, yo ya me estoy adelantando a los hechos y ojalá que suceda: quizás soy convocada para ser parte del seleccionado en el Mundial de Tailandia. Estoy a la espera de esa convocatoria: si se puede bien y si no será en otro momento”.
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